En 1936 publicó Antonio Machado uno de sus más importantes libros, Juan de Mairena. Sentencias, donaires, apuntes y recuerdos de un profesor apócrifo. Se trata de un libro reflexivo en el que ese sabio profesor que es Juan de Mairena se dirige a sus alumnos y les habla de los más variados temas. De entre las muchas reflexiones dedicadas a la docencia y a la enseñanza, seleccionamos este breve fragmento que seguro hará pensar a quien lo lea:
Pláceme poneros un poco en guardia contra mí mismo. De buena fe os digo
cuanto me parece que puede ser más fecundo en vuestras almas, juzgando por
aquello que a mi parecer, fue fecundo en la mía. Pero ésta es una norma
expuesta a múltiples yerros. Si la empleo es por no haber encontrado otra
mejor. Yo os pido un poco de amistad y ese mínimo de respeto que hace posible
la convivencia entre personas durante algunas horas. Pero no me toméis
demasiado en serio. Pensad que no siempre estoy yo seguro de lo que os digo y
que, aunque pretenda educaros, no creo que mi educación esté mucho más avanzada
que la vuestra. No es fácil que pueda yo enseñaros a hablar, ni a escribir, ni
a pensar correctamente, porque yo soy la incorrección misma, un alma siempre en
borrador, llena de tachones, de vacilaciones y de arrepentimientos. Llevo
conmigo un diablo -no el demonio de Sócrates-, sino un diablejo que me tacha a
veces lo que escribo, para escribir encima lo contrario de lo tachado; que a
veces habla por mí y otras yo por él, cuando no hablamos los dos a la par, para
decir en coro cosas distintas. ¡Un verdadero lío! Para los tiempos que vienen,
no soy yo el maestro que debéis elegir, porque de mí sólo aprenderéis lo que
tal vez os convenga ignorar toda la vida: a desconfiar de vosotros
mismos."
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